Domingo Alberto Rangel M.

En materia de lucha contra las drogas Hugo Chàvez y George W. Bush estàn raspados














Domingo Alberto Rangel M.





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Solo un orate puede aupar el torneo de dimes y diretes que disputan Washington y Caracas.

 

No obstante el último round de la disputa puede servir a los fines de aclarar un panorama turbio como es el de la información relacionada con la guerra que los gobiernos del mundo afirman sostener contra productores, comerciantes y consumidores de drogas ilícitas que antes se denominaban “estupefacientes”.

 

Recuerdo que hace más de veinte años, a principios de los años ochenta del siglo pasado, en la ciudad de Miami, uno de los centros más importantes del tráfico de drogas, el entonces vicepresidente de Estados Unidos George Bush declaró iniciada la “Guerra contra las Drogas”.

 

Explicó el padre del actual Presidente estadounidense  que esperaba llegar al año 2000 con una “América Libre de Drogas” y que los aviones de guerra abatirían toda aeronave que se negara a aterrizar una vez sorprendida.

 

Esta medida solo se llevó a efecto a pocos días del anuncio de Bush sr. y como nunca se repitió uno tiene derecho a pensar que se trató de pura propaganda.

 

Lo cierto es que pasado un cuarto de siglo de esta declaración belicista puede decir que la guerra contra las drogas tal como la plantea el gobierno estadounidense está perdida y que la seguirá perdiendo el hijo del primer Bush en tanto siga usando la misma estrategia absurda y perdedora que se usó contra el consumo de licor durante la “Prohibición”.

 

La realidad muestra que en las ciudades de USA aumenta el flujo de cocaína, baja el precio, no decae el poder político de los clanes que distribuyen el producto y los bancos estadounidenses son los principales beneficiados del lavado de dinero porque de allí parten las remesas que distribuidas en bancos latinoamericanos son objeto de ulterior blanqueo antes de retornar a su lugar de origen.

 

Nada distinto a lo que sucede en los países productores como Colombia, salvo en la escala que es menor porque se trata de economías enanas en comparación, y en territorio estadounidense la droga prohibida aumenta exponencialmente su valor y quienes màs ganan son lo que la venden allì.

 

Entonces vistos los hechos en perspectiva el gobierno estadounidense tendría que cambiar de estrategia porque la llamada “Guerra contra la Droga” lleva un cuarto de siglo cosechando fracasos.

 

Aparte de eso el brazo ejecutor de esta política que es la DEA, ante las evidencias no puede pasar como una policía excelente sino como otra policía más, de esas que no logran el objetivo para el cual fueron creadas y estàn corroidas por la corrupciòn.

 

Sin embargo el gobierno estadounidense insiste en que a partir de informes de la DEA se “certifiquen” países enteros cuando el primer descertificado debería ser el propio gobierno de George W. Bush vistos sus magros resultados en materia de victorias contra el consumo de drogas ilícitas.

 

Pero, hay otro aspecto preocupante en el asunto.

 

Por una parte están los informes de las policías antidrogas como la propia DEA que señalan a diputados y diputadas venezolanos, de la bancada oficialista y hasta una connotada lidereza popular, como asiduos usuarios de aviones privados que se suponen pertenecen a gente ligada a los carteles del lavado de dinero en Venezuela.

 

Por cierto, desde hace muchos años, más de quince, en un informe que la CIA estadounidense vende al público, el “World Forecasting”, en el aparte dedicado la economía venezolana aparece el “lavado de dineros procedentes del narcotráfico” como segunda fuente de divisas del país.

 

Nadie ha desmentido ese informe anual.

 

Allí comienzan los reclamos a nuestro gobierno porque uno es venezolano y los problemas de la DEA evidentemente no son los nuestros por más que cierta prensa estúpida lo haga ver así.

 

Se trata de que más allá de la guerra de dimes y diretes, ahora entre la DEA y el Ministerio de Interior y Justicia venezolano, el gobierno de Hugo Chávez, preocupado por cumplir con la agenda que dictan los intereses internacionales se olvida de su propia gente.

 

Hablan el Presidente y el ministro Chacón sobre las capturas de drogas que iban rumbo a los Estados Unidos y Europa.

 

Esta bien, pero ¿quién se conduele o preocupa de nuestras miserias?

 

En Venezuela el consumo de drogas está creciendo alarmantemente y nadie hace algo al respecto.

 

Las policías venezolanas cada vez están más penetradas por las mafias de distribuidores locales de drogas.

 

Es verdad que por los momentos no hay tantos jóvenes venezolanos dañados por la droga como en los Estados Unidos o Europa Occidental... pero eso no significa que sus vidas carezcan de importancia.

 

¿Que va a hacer el gobierno venezolano al respecto?

 

¿Piensa legalizar algunas substancias consideradas como ilegales, colocar controles de calidad y precios y combatir a sangre y fuego las drogas no legalizadas?

 

¿O simplemente no hará nada que es lo más probable?

 

Por eso digo que la “Guerra contra las drogas” de los presidentes George W. Bush y Hugo Chávez Frías tiene mucho de palabrería.

 

ADIOS A RICARDO MITRE:

 

Cuando escribía estas líneas me entero de la muerte de Ricardo Mitre.

 

Hace treinta años que la violencia política los alejó de su natal Argentina y recaló en esta su segunda y definitiva patria.

 

Lo conocí en los prolegómenos de la formación de aquella Coordinadora de la cual nadie se quiere acordar y enseguida hice amistad con Ricardo porque era una persona inteligente y divertida con la cual se podía conversar aparte de que Ricardo mitre fue en vida un tipo serio que mantenía los acuerdos contraidos.

 

Solo por eso valdría la pena recordarlo: Por ser un político inteligente en un medio en el que esa virtud no abunda; y por ser honesto en el cumplimiento de los acuerdos.

 

Sin embargo hubo más porque el factor humano del editor de El Gusano de Luz alimentó anécdotas que perduran en mi memoria.

 

Paz a sus restos y un sentido pésame a sus familiares de parte de todo el equipo de redacciòn y distribuciòn de EL TERCER POLO.
















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