Domingo Alberto Rangel M.

El 7 de agostò no se eligieron concejales y por ese camino en diciembre tampoco elegiremos diputados














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















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Las elecciones de concejales terminaron con resultados previsibles que solo extrañan a los fariseos.

 

Como en todo evento humano en estos comicios hubo lecciones útiles que se deben preservar y hechos negativos que se deben tratar de superar.

 

Por desdicha no encuentro en la sociedad venezolana y menos en los medios de comunicaciòn que deben ser los voceros de estas inquietudes, suficiente ánimo, convicciones y equilibrio como para proceder a levantar el balance del 7 de agosto.

 

Aparte de ello la campaña de los diputados ya comenzó y de la peor manera porque por lo visto llegaremos a diciembre sin saber las razones por las cuales se debe votar o dejar de hacerlo por determinado candidato ya que por lo visto los candidatos en vez de presentar propuestas los unos diràn que para ser diputado basta con ser "chavista" y los otros diràn que es suficiente con denunciar que jorge Rodrìguez "no es confiable".

 

De ser así tendremos la màs anodina Asamblea Nacional posible y después, cuando las leyes disparatadas ahoguen al ciudadano... será tarde para quejarse, pero aún hay tiempo para corregir rumbos equivocados.

 

Por otra parte el balance del 7 de agosto es un trabajo necesario aunque esto no les importe a los medios que están para informar y no para tomar parte.

 

A tal respecto pienso que la automatización del voto es una realidad positiva a la que no se debe combatir con peticiones antediluvianas como retornar al voto manual para el cual ya ni los partidos supuestamente grandes tienen suficiente maquinaria como para garantizar el ejército de gente ociosa que antaño utilizaban AD y Copei en las mesas electorales.

 

Quienes piden el voto manual al estilo de la antigua Grecia olvidan que en estos momentos sólo el gobierno nacional podría obtener tanta gente como para garantizar que sus votos estarán seguros y cuidados en toda el país; de manera que semejante necedad del voto troglodita debería quedar descartada aunque con tanta irracionalidad uno no sabe.

 

Hay otro punto que es el despilfarro del CNE.

 

Siendo cierto que el venezolano de la actualidad casi no lee el periódico, entonces ¿para qué encartar gacetas electorales en los diarios, salvo que se intente favorecer a los editores y sus negocios “endógenos?”

 

Y si se trata de las gacetas la verdad es que no eran fáciles de leer o de entender.

 

Coincido con gente como Andrés de Chene quien aconseja que los diputados se inscriban como candidatos por iniciativa propia, sin tener que llenar tanto requisito, y que aparezcan en los tarjetones o cuadernos electrónicos con sus nombres y fotos, numerados por orden alfabético y que al pie de página aparezcan los colores de los partidos con los números de los candidatos que apoyan.

 

Más o menos así se hizo cuando se eligieron los diputados Constituyentes y recuerdo que en Miranda a mí me correspondió el número 19.

 

Pero, hay otro elemento en los resultados del 7 de agosto que debe llamar a reflexión; sobre todo a los honorables señores y señoras que desde los medios de comunicación llamaron a la abstención sabiendo que en unas elecciones locales con las características de las del pasado domingo era de esperar al menos una abstención del 65 al 70 %, pero quepasaron por alto esta realidad para ladinamente hacerse reconocer como los padres y madres de la abstención y organizar sobre este engaño sus campañas para diputados y diputadas en diciembre.

 

Por una parte esta gente que supuestamente son los autoelegidos padrinos y madrinas de la oposición terminaron haciéndole un gran daño a la misma siendo que gracias a sus buenos oficios en muchas localidades se perdieron concejales que los ganó el MVR cuya gente se abstuvo de votar pero en menores proporciones porque allì no escuchan este tipo de pendejadas -escuchan otras-.

 

Estos abstencionistas irracionales han creado un Franquenstein que seguirá de pie al menos hasta las elecciones de diputados cuando la abstención bajará pero no tanto porque el lavado cerebral aún estará presente en gente que no se da cuenta que el problema no es solo el llamado “Arbitro” sino tener verdaderamente una mayoría que en estos momentos no se tiene por diversas razones.

 

Los ledezmas y los tulios, las patricias y mariacorinas sabrán lo que hacen pero gracias a sus buenos oficios la próxima Asamblea Nacional no solo será copada por el oficialismo como era de esperar... sino que esta mayoría superará con creces el 75 % que exige la aprobación de algunas leyes.

 

Aparte de ello es difìcil que alguno de estos hèroes y heroinas termine sentado o sentada en la Asmblea Nacional; y en caso contrario ya veremos el tipo de oposiciòn que haràn estos diputados fariseos cuando basen sus actuaciones en el histrionismo mediàtico porque carecen de ideas, programas y proyectos salvo que por ello se entienda la promociòn personal.

 

Pero, como digo y como corresponde a un país en el que lo político priva no solo sobre el hecho econòmico sino hasta sobre la simple sensatez, las elecciones de diciembre están a la vuelta de la esquina y el panorama es difícil.

 

Para diciembre ni habrán terminado de nacer los partidos que sucederán a AD y Copei ni estos habrán terminado de bien morir.

 

Si la oposición saca 16 diputados es mucho y la rebatiña lamentablemente no permitirá políticas de “unidad”.

 

Y digo lamentablemente porque el mejor escenario sería que estos fantoches de la izquierda sifrina, estos viudos y viudas de la Cuarta república, estos diletantes que actùan por encargo de otros vivos a los que solo les importa quien mete la mano en PDVSA... fuesen unidos en las elecciones de diciembre para que el oficialismo los revolcara de una vez por todas y que quedara libre el camino para los nuevos liderazgos que se vienen organizando no a partir de tanto pescuezear por lograr un espacio en los medios sino por haber buscado soluciones a los problemas y por darle dirección a estas soluciones.

 

Lo digo sin amargura pero con la responsabilidad que amerita el momento que vivimos.-

 

Ir o no ir a las elecciones de diciembre es un dilema interesante que en RESISTENCIA CIVIL aún no resolvemos: Si es por sacar el diputado mejor sería quedarse en la casa fumándose el colchón porque despuès de este "autosuicidio" el asunto es màs difìcil, pero, la oportunidad es única para tejer la red liberal que más adelante sirva para enderezar tantas cosas en esta Venezuela.

 

Por lo pronto en agosto no se eligieron concejales sino clones o "sparrings" del Presidente; en diciembre si no hay grandes cambios serà lo mismos con los diputados, incluyendo los pocos que logre la oposiciòn.

 

Así las cosas.
















3erPolo