Domingo Alberto Rangel M.

No al chantaje: Ni Samuel Moncada ni los rectores resolverán el problema de las universidades














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















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Finalizado el asueto de la Semana Santa nuevamente los estudiantes están a punto de perder clases, esta vez no a causa de las vacaciones que son muchas sino acicateados por los rectores de las universidades públicas y por esa fauna compuesta de profesionales de la politiquería gremial que copan los cargos en las federaciones de centros.

 

Tanto el gobierno, porque le conviene que sus adversarios quemen carros y armen bochinche a las puertas de las universidades, como tambièn los rectores y aprendices de politiqueros, están dispuestos a lanzar a los muchachos como “carne de cañón” con tal de salvaguardar sus mezquinos intereses.

 

El pretexto que enarbolan es defender la llamada “autonomía universitaria”.

 

Un eufemismo que por cierto no lo toman en cuenta para mejorar académicamente las instituciones públicas de educación superior, pero que sirve de pretexto para que la policía no pueda entrar en áreas donde hacen de las suyas los ladrones, violadores y vendedores de drogas porque así son los augustos rectores y sus compinches.

 

El alegato de la “Autonomía” –fetiche de la izquierda universitaria argentina de los años veinte del siglo pasado- encubre la verdadera discusión porque en realidad lo que ha puesto a pelear al oficialismo y los rectores es el destino de los recursos de un presupuesto que da para todo menos para mejorar la educación.

 

A quien piense que uno exagera o miente respecto a los problemas universitarios lo invito a que compare el crecimiento de las universidades privadas venezolanas, algunas de las cuales y afortunadamente hace años perdieron la fama de “piratas”... y el estancamiento de la gran mayoría de las instituciones públicas de educación superior, salvo las excepciones de rigor, instituciones dirigidas como apunto por el gremialismo universitario que representan los rectores y dirigentes de las federaciones de centros.

 

Da pena que desde algunos medios trasmitan tantas mentiras y que la aparición en Gaceta Oficial del Decreto 3444 no sirva para abrir un debate serio que apunte a solventar los crónicos problemas de la educación.

 

La primera y mayor mentira que en estos días se propaga como moneda buena consiste en decir como algunos comunicadores vienen diciendo, que las gigantescas marchas que se escenificaron en Caracas los últimos años se hicieron como protesta contra el ya olvidado decreto 1011 que definía unos cargos burocráticos de “supervisores itinerantes”.

 

Esta mentira forma parte de la propaganda adelantada de algunos vivos que ya estàn en campaña para sobrevivir en la Asamblea Nacional... mientras el paìs y su gente seguiràn rodando en caìda libre porque con diputados estatistas del oficialismo y diputados estatistas de la oposiciòn Venezuela no lograrà superar la tragedia que nos envuelve a todos.

 

Es obvio que las marchas contra el 1011 no fueron las primeras que se hicieron en Caracas –la primera la organizó RESISTENCA CIVIL y antes de aparecer el 1011 en escena Alejandro Peña Esclusa encabezó otras tres- y que tampoco fue a causa de los “supervisores itinerantes” de los que ya nadie se acuerda que salieron a protestar a la calle contra el gobierno de Hugo Chávez cientos de miles de personas.

 

Las marchas multitudinarias de Caracas se dieron por la conjunción de dos variables ajenas a los problemas de la educación.

 

HAMBRE Y DESEMPLEO FUERON LOS CONVOCANTES

 

Una variable fue, quizás la más importante fue, la santa peladera –desempleo e inflación- que está acabando con la clase media aliada tradicional del estatismo de la Cuarta república y con el empleo productivo porque fue la desesperación de no encontrar trabajo y tener que comerse los ahorros –situación que es causada por el estatismo de los que gobernaban antes y de los que gobiernan ahora-, lo que llevó a mucha gente que nunca se había interesado por arreglar el hueco de la esquina o que desconocían el nombre de sus concejales, a caminar kilómetros desde El Hatillo hasta la Avenida Bolívar, por ejemplo, esperanzados en mejorar la terrible situación personal.

 

La otra variable que facilito la formación de estas macro marchas fueron los grandes medios de comunicación privados cuando formaron un cartel que intentó substituir los partidos, a la ideología y hasta a los simples programas políticos.

 

Ese cartel invirtió miles de millones en promocionar las marchas y eso es lo que explica que las tarimas colocadas al final de las mismas parecían sacadas de una Feria de Vanidades y no de un movimiento político, para decirlo con título prestado.

 

Esta variable mediàtica fue la más importante convocadora de las macro marchas porque es sabido que hasta un mal circo se llena de espectadores cuando cuenta con la promoción adecuada y si no que lo digan Carlos y Juan Fernández a quienes la picaresca criolla los llegó a postular como “presidenciables”.

 

De más está decir que esta circunstancia no se va a repetir en lo que es previsible y tampoco es deseable ya que la única consecuencia visible de este modo absurdo de hacer política sin ideología, programa, organización y basándose en puras cuñas publicitarias es lo que ha terminado fortaleciendo al gobierno; y las payasadas de la Carmonada, la Plaza Altamira o el paro petrolero creo que deben servir de lección.

 

Pero eso no importa porque la ambición no descansa y

terminada la Semana Santa igual van a seguir los rectores y politiqueros fomentando bochinches en las puertas de las universidades buscando “calentar la calle” para salvaguardar sus intereses, en vez de aprovechar la coyuntura, digo yo, para abrir un debate que lleve a resolver los verdaderos problemas de la educación, que no son por cierto los aumentos salariales de los rectores y una mayor tajada presupuestaria para los estudiantes profesionales de las federaciones de centros que reciben vehículos, pasajes y gastos de representación a cuenta de los que el estado le quita a la ciudadanía en impuestos.

 

Por otra parte y a la luz de lo sucedido en años pasados cabe exigir mayor seriedad respecto a este tema de la educación tanto al gobierno como a los medios y los factores políticos y gremiales.

 

TE PARECES TANTO A MI...

 

Es inaceptable que los estatistas del gobierno y los igualmente estatistas rectores y dirigentes estudiantiles –algunos con más de una década matriculados en la UCV- pretendan que el país escoja entre dos opciones que son caras de la misma moneda falsa que bien podrían adoptar como estribillo la canción de Juanga.

 

Unos proponen que el país les crea sus embustes cuando anuncian como solución al problema universitario el control absoluto de las universidades por parte de un gobierno al que no le basta con todo lo que ya controla.

 

Los otros también mienten cuando proponen que el país apoye en plan de héroes unos rectores incapaces y hasta malandros que vienen mal administrando universidades especializadas en formar politiqueros que cuando egresan –después de pasar décadas supuestamente “estudiando”- lo hacen convertidos en chupópteros del presupuesto.

 

Las universidades nacionales se han quedado atrás en el tiempo y en ellas muchas veces no se encuentra ni papel tualé en los baños. Ese si que es un verdadero problema que muestra la incapacidad de rectores y politiqueros.

 

La educación lleva años dando tumbos, tantos años como los que datan desde que la sociedad permitió que en nombre del estatismo confiscaran por medio de la intervenciòn estatal la creatividad a los verdaderos educadores que aún los hay en Venezuela y que son los llamados a no dejarse chantajear por unos obtusos que no dudan en poner al país a escoger entre dos males para proteger sus intereses.

 

“Van a acabar con las universidades dicen”.

 

Ja, ja, ja y ja.

 

No lo creo ya que eso no lo han podido hacer ni los rectores ni la politiquería estudiantil y tampococreo que lo logre el ministro Moncada quien por cierto viene de las universidades públicas. Lo que puede suceder es que las universidades sigan su larga agonìa en manos corruptas ye irresponsables hasta que venga un cambio verdadero que solo puede venir de la derecha liberal y libertaria como es la oposición de  RESISTENCIA CIVIL.

 

EN EL ESTATISMO SIEMPRE HAY CORRUPCIÓN SOBRE TODO CUANDO LA DEMANDA SUPERA A LA OFERTA

 

Por lo demás el problema viene “de atrás” como dice el pueblo.

 

Recordemos que el Plan Mariscal de Ayacucho  implementado por C. A. Pérez en su primer gobierno fue la respuesta al problema de unas universidades que en ya los años setenta del siglo pasado no estaban en capacidad de cubrir la demanda, ni cualitativa ni cuantitativa de un país llamado Venezuela.

 

LA "HONORABLE" OPSU

 

Y no podían cubrir la demanda porque ya para los años setenta -y mucho antes- el estado mantenía intervenido el sector universitario al punto que era casi imposible fundar nuevas universidades y las pocas que se lograron fundar siempre estaban ligadas a intereses de la política o al pago e jugosas comisiones a los “honorables” ministros y miembros de la OPSU.

 

Por considerar que las universidades venezolanas eran un verdadero desastre se tuvieron que enviar en los setenta 50. 000 bachilleres a estudiar en el extranjero –sin contar unos 10. 000 que salieron a estudiar fuera del país contando con el apoyo económico de sus padres-.

 

Que los “Ayacuchos” no hayan logrado el objetivo de modernizar la planta productiva del país es harina de otro costal y para eso está el Plan de nueve puntos que RESISTENCIA CIVIL propone al país, pero sigamos con la educación porque así como para nada han servido los “supervisores itinerantes” del decreto 1011 y tampoco servirán de mucho las propuestas del 3444; mucho menos van a arreglar la educación los rectores y activistas de la politiquería estudiantil que se aprestan a fomentar inùtiles disturbios después de Semana Santa.

 

Para resolver los múltiples problemas que a quejan a al educación venezolana solo sirven a manera de guía las ideas del liberalismo y los gobiernos limitados.

 

Respecto a las universidades públicas es preferible que se privaticen entregándolas a los profesores y empleados que actualmente trabajan en ellas, quienes entonces y en el papel de propietarios o cooperativistas, verán que hacen para mantener sobre la base de la confianza del mercado sus privilegios laborales.

 

CUPONES VERDES PARA LOS POBRES

 

Ustedes dirán ¿entonces los estudiantes pobres no podrán ingresar a la universidad?

 

Nada de eso.

 

Sesenta años de gobiernos estatistas convirtieron al país en una gran fábrica de pobres y ante esa realidad un gobierno liberal, como el que proponemos, tendrá que subsidiar con cupones “verdes” a los estudiantes que no puedan pagar sus estudios.

 

Cupones que podrán ser canjeados en cualquier universidad que el estudiante escoja segùn su libre parecer y en la cual obviamente tenga cupo.Nada de obligar a los pobres a estudiar en universidades que quizás no les gusten.

 

Esa es la mayor democratización que se puede proponer.

 

¡La única soluciòn que permite que sea el estudiante el que escoja en principio donde va a educarse y la única que pone en su sitio a los quemadores de cauchos que disfrazados de estudiantes vegetan hasta por décadas en las federaciones de centros de las universidades públicas!

 

Será la única manera para que la UCV por ejemplo retome el camino del crecimiento porque tal como vamos hace rato que la Santa María, por poner un ejemplo visible, la dejó atrás, bastante atrás.
















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