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![]() Domingo Alberto Rangel M.
¡Que no nos confundan!... El capitalismo supera moralmente al socialismo y crea riquezas |
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Antes de salir por
enésima vez de viaje al exterior el Presidente abrió un debate importante. Según su parecer el capitalismo sería un sistema económico fracasado que se debe desechar por ser
causante del hambre que campea en el mundo. Con razón
que al Presidente le parece correcto comprar, con recursos del presupuesto, valga decir provenientes de impuestos y réditos
de empresas públicas como PDVSA, bonos argentinos que para el mundo sensato por no decir capitalista tienen un valor parecido
al de la chatarra y el mismo Chàvez cada vez que puede hacerlo le recomienda a los paìses ricos condonar la deuda argentina. Además dijo Hugo
Chávez que el debate no estaba cerrado pero que si el capitalismo fracasó entonces lo que nos queda
es el socialismo. Bien, así planteadas
las cosas el debate sigue abierto dado que el planteamiento presidencial no fue respondido
como esperábamos quienes observan el mundo desde la óptica de las soluciones liberales, una de las cuales,
en lo económico específicamente, es precisamente el capitalismo. A tal respecto certifico
que desde el campo oficialista pocos se atreven a opinar al respecto, a pesar de que el Presidente dijo que
el debate no estaba zanjado y que su opinión era personal. No nos asombremos: Nada tiene de extraño que en un país en el que el Estado es el mayor propietario
de riquezas y donde gobierna un Presidente con características de caudillo, que reparte los recursos a su leal saber y entender,
pocos sean los que se atreven a contradecir al jefe no vaya a ser que pierdan el chivo y el mecate. NO SE CONFUNDAN: LA IZQUIERDA NO ES CAPITALISTA
Hay sin embargo quienes
le han salido al paso a estas declaraciones. Generalmente Se trata
de personalidades que se declaran opositores de “izquierda” y que en el pasado luchaban
por imponer en Venezuela un régimen como el que desde hace 46 años sufren los cubanos. Quizás esta militancia
izquierdista explique que estos opositores critiquen al Presidente pero no se
atrevan a romper lanzas en pro del capitalismo en el cual no creen. Y se comprueba que estos voceros de la oposiciòn izquierdista no creen en el capitalismo porque al
contestarle a Hugo Chàvez no pasan de recordar la caìda del Muro de Berlín lo cual no basta para aclarar que los problemas
de Venezuela no se resuelven con el socialismo propuesto por el Presidente. Dicho esto comencemos
entonces señalando dos cosas: Una que la idea de que una persona pueda enriquecerse mediante su trabajo
no es inmoral en grado alguno. Sigamos recordando que esa idea que en lo concreto se llama capitalismo es lo que ha permitido
que en los últimos dos siglos el ser humano progrese al punto que hoy hasta los pobres vivan mejor que los soberanos que reinaban
antes de la revolución americana. El otro punto a destacar
en este debate es que en Venezuela nunca funcionó nada que se pueda llamar capitalismo. A comienzos de la
república, en el siglo XIX, había mercantilismo –que es otra cosa- con amigotes
de los gobiernos monopolizando una economía de mercados restringidos y aprovechándose para enriquecerse de la debilidad
de una ciudadanía empobrecida y palúdica. Se formó
capital, pero lentamente, como cabría esperar cuando no existen las instituciones propias del capitalismo que son
las que cimientan el crecimiento económico. Luego, bien
entrado el siglo XX, vino una mezcla de socialismo con las prácticas mercantilistas que caracterizaron al
caudillaje andino que precedió a quienes se hicieron del poder mediante el golpe de estado del 18 de octubre de 1945. Se permitió
que el pueblo eligiera directamente al Presidente y algunos representantes de manera indirecta, por “planchas”,
pero eso no significa que el sistema evolucionó hacia el capitalismo popular, basado en la libertad porque la economía
siguió intervenida y los auges económicos que se vivieron se deben poner en la cuenta del capitalismo internacional
que invirtió recursos en la entonces naciente industria petrolera venezolana y no en la cuenta de gobiernos intervencionistas
que al favorecer a sus amigos, creándoles monopolios, ahogaron todo atisbo de creatividad que pudieran tener los
empresarios venezolanos. Eso explica que para el mundo nuestro país siga contando como productor petrolero y nada más, porque
seguimos produciendo los mismos tres o casi tres millones de barriles de crudo que ya se habían producido en Venezuela en
1956 cuando la crisis del canal de Súez. ¡Situación
que no quieren debatir, porque no les conviene hacerlo, ni el oficialismo, ni los políticos de “izquierda” que
por una razón u otra adversan al Presidente, ni los tecnócratas de la llamada “vieja” PDVSA que administraron
la industria petrolera como se administra un ministerio, a las órdenes de los gobiernos de turno, durante más de un cuarto
de siglo! Hubo entonces desde los años sesenta del siglo pasado socialismo democrático con los adecos, cristiano con los copeyanos,
chiripero y convergente en el segundo debut del doctor Caldera y ahora radical con los seguidores del “proceso”. Es obvio sin embargo,
y de allí viene la confusión que tiene mucha gente que cree que aquí ha habido “capitalismo”, que el sistema
ha tolerado el desarrollo instituciones propias del capitalismo como la bolsa de valores, la banca privada etc., pero igualmente
son instituciones que se mantienes intervenidas por el Estado por lo
cual se desvirtúan sus funciones. Es como si a usted lo declaran “libre” para comprar lo que desee pero a condición de que
lo haga en un desierto donde no hay nada que comprar. Una burla que aprovecha
Hugo Chávez cuando ladinamente fustiga al “neoliberalismo” sabiendo muy bien porque tampoco es que sea un tonto
el Presidente, que este “neoliberalismo” que el FMI importó en Latinoamérica en los años ochenta no fue
otra cosa que la continuación del estatismo socialista “por otros medios” como substituir empréstitos por nuevos
impuestos, empresas del estado por monopolios entregados a gente amiga de los gobiernos y la creación de agencias “reguladoras”
para seguir interviniendo la economía. En Venezuela necesitamos
urgentemente reformas que faciliten el enriquecimiento mediante el trabajo libre. Esas reformas
solo pueden ser las del capitalismo popular. Algo que
no ha existido nunca en el país. ¿QUÉ HACER? En días pasados una
persona amiga me recomendaba desarrollar lo que se debe hacer. Tiene razón. En tal sentido lo
primero es lo primero y a veces hay que avanzar sin mucha velocidad al principio. Lo primero es aclarar en que consiste el cambio de sistema que le conviene a Venezuela porque la pobreza del debate
que han promovido desde algunos medios tiene a mucha gente confundida, ahora y antes porque fue gente confundida quien eligiò
a Carlos Andrès Pèrez, al doctor Caldera y a Hugo Chàvez al menos en 1998. Cambio que le conviene
sobre todo a la gran masa de pobres que jamás saldrán de su estado sin el apoyo de las verdaderas instituciones del
capitalismo libre y popular. A tal fin en RESISTENCIA
CIVIL hemos desarrollado talleres de formación –no más de dos horas en total, cada uno- a los fines de aclarar
la confusión que permite el que connotados izquierdistas se presenten como “soluciones” ante un país empobrecido
tras décadas de erradas políticas sacadas del recetario que guía a los populistas latinoamericanos que como se sabe todos
son izquierdistas. Ese es el primer paso, aclarar un panorama oscurecido por la pobreza del debate. Quien esté interesado en
organizar un taller de esta naturaleza puede comunicarse por el correo doalra@yahoo.com. Pero siguiendo el
camino de qué hacer digamos que la formación de cuadros es requisito indispensable para armar un partido
que sirva de eficaz contrapeso político al izquierdismo de Hugo Chávez y sus seguidores. Este partido que está en formación debe ser capaz de organizar un movimiento compuesto de venezolanos
que saben lo que quieren y que por tanto no van a cometer los mismos errores que cometieron los venezolanos cuando eligieron
al doctor Caldera creyendo que así superarían los males que basados en un análisis incorrecto de la realidad le atribuyeron
a la corrupción de Carlos Andrés Pérez. O el error
que se cometió cuando reaccionando a la corrupción de masistas y convergentes se eligió en 1998 a Hugo Chávez Frías. EL
PROBLEMA NO ES LA CORRUPCIÒN SINO LA FALTA DE LIBERTAD... El problema no es
la corrupción porque esta es hija de la falta de gobiernoS limitadoS a cumplir sus funciones propias; y siempre existirá corrupciòn mientras
no existan en Venezuela instituciones propias de la república en lo político y del capitalismo en lo económico, que puedan
mantener a raya esta vergüenza. Por lo demás el problema
de los venezolanos estriba en que llevamos años de empobrecimiento generalizado, sobre todo a partir
de los años noventa del siglo XX cuando los venezolanos cambiaron el socialismo “ligero” de adecos, copeyanos,
masistas, convergentes y causaerrecos por el socialismo “duro” del actual Presidente... las consecuencias estàn
a la vista. Para que exista capitalismo debe haber antes que nada un
estado limitado a cumplir con las funciones para las que fue creado –mantener el orden en las calles, administrar justicia,
cobrar impuestos y garantizar la seguridad del territorio sobre todo-, una sociedad civil independiente del presupuesto –no
como ahora que los Círculos Bolivarianos chupan del presupuesto los recursos que se necesitan en carreteras, cárceles, tribunales
y policías; o como antes que las fundaciones puntofijistas hacían lo propio-. Pero sobre todo no
puede haber capitalismo en Venezuela sin mercados libres y la libertad de mercado hasta ahora no la apoyan ni los
alcaldes que se suponen “escuálidos”. El capitalismo popular
debe construirse para que Venezuela progrese y es una bandera por lo que vale
la pena luchar si queremos que haya menos pobres en el futuro. El capitalismo popular es una idea superior en el plano moral al socialismo desde que al liberar al hombre fomenta
la creación de riqueza y solo mediante este acto el hombre se separa de las bestias. Primero lo primero
y lo primero es aclarar.
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