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![]() Domingo Alberto Rangel M.
Carlos Genatios tras los pasos de Luìs Miquilena... |
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De nuevo la naturaleza en forma de lluvias copiosas y fuera de temporada se ensaña contra
el territorio nacional y los habladores de tonterías no pelan el boche. Filosofar a posteriori
sobre el hecho para lanzar culpas sobre los antiguos camaradas me parece tan inútil como pudiera ser discutir
las razones que hacen del tigre un animal peligroso. Inùtil porque por ese camino no vamos a arreglar nada en Venezuela. Observo sin embargo algunas
situaciones originadas a raíz de las últimas lluvias que merecen comentario aparte. Por ejemplo
la estupidez que a veces marcha aunada a la inteligencia humana. En un país donde
le dan explicaciones “políticas” hasta a las ciencias exactas no era de extrañar que en pleno desarrollo de la
tragedia surgieran explicadores que andan en busca de votos y aprovechan la ocasión para culpar al
adversario. Me refiero por supuesto a los voceros gubernamentales que terminan sus declaraciones con el consabido “esto
sucede desde hace mucho tiempo”, como si seis años no bastan para mejorar lo que se encontró en 1999; pero también señalo
a los explicadores que desde posiciones opositoras tiñen con un matiz político la tragedia que desgració la vida de otros
seres humanos. A este respecto quiero
dejar claro que quien escribe estas líneas no pretende ser un espécimen impoluto o ingenuo cuando propongo
posturas éticas en la acción política. Creo en la ètica
pero estoy dispuesto a aceptar como “normal” que un actor político aproveche toda ocasión para
vender la bondad de sus propuestas. Lo que sucede es
que algunos políticos parecen zamuros y no humanos cuando comienzan a buscar votos
diciendo tonterías sin esperar siquiera que rescaten las víctimas. Dejando de lado estas
consideraciones hay sin embargo otro problema a resolver y es que para que Venezuela progrese
en paz debe haber entre nosotros un gobierno con determinadas características y una oposición lo suficientemente capaz y honrada
como para ver el mundo con una visión complementaria y diferente a la del gobierno que es la del estatismo izquierdista. Una oposición que
respete las ideas de los otros para poder exigir que le respeten las propias porque para eso está el marco de la Constitución. En ese orden de ideas
se puede decir que gobierno estatista y socialista existe en Venezuela, quien lo duda. Lo que no hay es una alternativa opositora, honesta y seria porque desde ese universo somos pocos
los que advertimos que el estatismo socialista no fomenta la producción de riqueza y que el principal problema que afecta
nuestra sociedad es que llevamos al menos un cuarto de siglo haciéndonos más pobres cada año, situación que se ha acelerado
en la última década. La mayoría de los
que aspiran, nuevos y viejos, a dirigir el país desde la acera opositora son tan estatistas como el comandante Hugo
Chávez y no solo confunden a la gente sino que ofrecen soluciones que nunca van a conseguir lo que pregonan precisamente
por ser estatistas y socialistas. ¡Ese es el principal problema de este momento! Fijémonos por ejemplo en las declaraciones del ex ministro Carlos Genatios a quien supongo candidato a diputado,
ahora estrenándose como opositor porque Luís Miquilena tiene relevos en los círculos de cierto tipo de oposición que es la
que le gusta al comandante Chávez por escuálida y estúpida para decirlo en términos llanos. El ingeniero Genatios,
sin tocar el tema de la corrupción que sin duda signó el momento de repartir y cobrar los contratos
de la anterior tragedia de Vargas, dice que ese estado se inunda por falta de obras hechas en concreto armado que
supuestamente él habría previsto cuando estaba al frente de la reconstrucción. Obras públicas que
de concretarse pondrían a brincar en una pata a los contratistas revolucionarios –son los mismos que antes eran puntofijistas,
nada ha cambiado-, porque Genatios no habla para nada de inversiones privadas. Ja, ja, ja
y ja. Respeto al ingeniero
Genatios pero no al político que habla tonterías. Para Venezuela màs importante que el concreto
armado serìa cambiar las relaciones entre el Estado y la sociedad para dar libertad y que la gente pueda prosperar si asì
lo desea, con la fuerza de su trabajo, de su ingeniosidad, sin las trabas estatistas que en el paìs impusieron los polìticos
puntofijistas y ahora refuerzan los nuevos amos del estado, incluyendo gente benintencionada pero profundamente equivocada
como el ingeniero carlos Genatios que ahora parece abandonar el barco oficialista. El ingeniero
Genatios no es el primero ni será el último político en servir de portavoz de los intereses del concreto
armado. Ese es su problema y no el nuestro. Lo que nos incumbe como liberales y como venezolanos molientes es que Genatios presume que si le hubieran hecho caso
la tragedia no habría ocurrido. Nuevamente ja, ja, ja
y ja. Olvida el colega que
la última vaguada, para decirlo en términos actuales, no solo atacó a Vargas donde supuestamente no le hicieron caso a las
recomendaciones de Carlos Genatios sino que causó daños en al menos otras diez entidades federales. ¿Qué pretende Carlos Genatios,
que le contraten para “resolver” los problemas en el resto del país? ¿Cuál es el nombre del
ingeniero al que no le hicieron caso en Carabobo, Yaracuy, Falcón, Miranda? A nuestro modo de ver las cosas
Carlos Genatios es otro estatista ahora resentido porque por razones que no nos interesan ha sido alejado del poder. Sigue los pasos de Miquilena y el sector escuálido de la oposición no tardará en recibirle con los brazos abiertos
como hicieron con Miquilena, Rosendo y el general Salazar, quienes por cierto salieron rozados por la corrupción que rodeo
el pago de los contratos que se dieron para reparar en Vargas lo que dañaron las lluvias
en 1999. Eso tampoco es problema
nuestro porque hay libertad para apoyar hasta al propio Chávez si por alguna razón se pasa a “la oposición”. En ese sentido todos son
libres hasta para cometer estupideces que beneficien al gobierno. Lo
nuestro es decir que el estatismo socialista –como el de Hugo Chávez o el de los puntofijistas o el de Genatios- nunca
solucionará los problemas que causa la naturaleza porque para eso se necesitan recursos que no se crean sino con un sano capitalismo
liberal que nunca ha existido en Venezuela debido, entre otras cosas, a que grupos mafiosos que unen los intereses de politicastros
y monopolistas no lo han permitido. El Estado actúo en esta
tragedia lo mejor que pudo pero un pueblo empobrecido nunca podrá pagarse sus propios seguros privados para mitigar la desgracia
y contra esa condición –la del empobrecimiento- no sirven las recetas estatistas. Para crear riqueza solo
sirve un programa liberal. Así las cosas. |
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