Domingo Alberto Rangel M.

Si quieren una oposición "exitosa" esta solo puede ser de derecha...














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















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Para Venezuela terminó otro año que lamentablemente forma parte de una serie que va para tres décadas y cuyo denominador común es la falta de crecimiento económico y el consiguiente aumento de la pobreza.

 

Nuestra sociedad fue incapaz de crear nuevas riquezas en el 2004 a pesar de las prédicas en contrario que a menudo nos obsequia el Presidente quien por lo visto confunde el PTB con los haberes de algunos jerarcas del sector oficial y sus socios mercantiles que en este diciembre celebraron con un afán de enseñar la posición social recién adquirida como no se veía desde el nefasto primer gobierno de C. A. Pérez.

 

Después hablan de corrupción, luchas anti- globalizadoras y de exclusiones en un país en el que los gastrónomos ahora recomiendan rellenar pollos porque comer pavo o pernil está "por las nubes" y es un lujo.

 

Lujo del que no se eximen los escasos afortunados que consiguieron hincar el diente en los presupuestos de ministerios, gobernaciones y alcaldías quienes en este diciembre brindaron con las más exquisitas champañas y entremeses venidos de los cuatro confines porque para ese pequeño mundo no hay estrecheces y allí como en Nueva York manda la cocina de "fusión".

 

Sin embargo y a pesar de lo dicho el comienzo de año no es una fecha como para arruinarle el ánimo a nadie y menos a los muchachos que no tienen la culpa.

 

Con pollo o rata rellena igual se puede celebrar hasta el día de Reyes si hay espíritu y eso afortunadamente le sobra al venezolano.

 

PERO, LA CULPA NO ES DEL CIEGO:

 

Además no se puede culpar en exclusiva a Hugo y sus seguidores por la exigua creación de riqueza que afecta la economía venezolana. Sería injusto cargarle al gobierno en exclusiva lo que a mi modesto juicio es responsabilidad de una sociedad que va para seis décadas escorando hacia la izquierda, creyendo que la sola presencia del petróleo nos exime de guardar cualquier regla de sensatez en materia de economía y responsabilidad social.

 

El olmo no da peras y punto.

 

Izquierda es izquierda.

 

Socialismo es socialismo y tanto la izquierda como el socialismo son expresiones del estatismo que nunca en a historia de la humanidad ha contribuido a la creación de riquezas porque quienes ven el mundo desde esta posición filosófica desde chiquitos le inclinan a repartir lo que otros producen a cuenta de las injusticias sociales que evidentemente existen y siguen existiendo en el mundo.

 

En este, nuestro querido país, todos los factores de poder -lo que no equivale a decir la gente común que vive de su trabajo y que aspira a vivir en Paz- aunque no se declaren explícitamente de izquierda, igual sostienen ideas y postulados de esa postura filosófica y por ello en Venezuela no existe el contrapeso que significa una derecha que tiene que ser popular, porque el trabajo de la derecha no puede ser para aumentar los privilegios de los ricos sino para luchar por un país en el que todos sean iguales ante la ley. Pero esa fuerza opositora de la derecha también debe ser nacionalista porque no puede aparecer ante el pueblo como si sus líderes fuesen representantes de una potencia extranjera o de los venezolanos acaudalados que huyeron al exterior cuando cayeron sus privilegios en 1998.

La derecha necesaria debe ser moderna y dispuesta a gobernar para favorecer la creación de riquezas y empleo, para mantener el orden y para defender la estabilidad de la moneda porque la inflación es el robo descarado con el que gobiernos y oligarcas roban a la gente decente y trabajadora.

 

Me refiero a una derecha como debió existir y como no existe porque esa posibilidad se frustró cuando los empresarios pactaron la protección del gobierno a cambio de no meterse en política y ponerle precios de mercado mundial a manufacturas de escasa calidad que por décadas nos obligaron a comprarles con el cuento de la "substitución de importaciones" que fue el nombre que adecos y copeyanos le pusieron a lo que ahora llaman desarrollo "endógeno".

 

Respecto a este rápido recuento es bueno recordar que en esos años un chocolate fabricado fuera del país era considerado contrabando y los productores criollos, apadrinados políticamente por lo que el Presidente llama la Cuarta República progresaron sin sentirse obligados a mejorar la calidad de sus productos, bajar los precios, pagar mejores salarios o simplemente ser más competitivos en el mercado global que se estaba formando.

 

No había un grupo de derecha, popular, que se sintiera obligado a defender los derechos del consumidor venezolano, capaz de frenar estos exabruptos buscando un equilibrio a favor del verdadero creador de riquezas y de los consumidores que las adquirían.

 

Esta derecha se frustró como simple posibilidad cuando el doctor Caldera y los jefes de Copei decidieron que su franquicia electoral debía ser una clonación de AD pero con camisa de cuello duro, corbata y reloj de leontina.

 

Copei y otros grupos que salieron de su seno perdieron la oportunidad histórica a cambio de que sus líderes presidieran el país en gobiernos que aplicaron recetas sacadas del estatismo izquierdista y que al igual que los adecos, masistas y causaerrecos se dedicaron a frenar las iniciativas de los emprendedores porque para hacer negocios creían que bastaba con los dólares del petróleo que evidentemente repartían entre sus amigotes.

 

¡Cuchillo para sus propias gargantas según se ven los resultados!

 

Pero aunque estoy hablando de un pasado muy reciente igual digo que cualquier similitud con lo que se observa hoy día digamos con cierta ironía que es mera coincidencia.

 

Y volviendo al presente digamos que termina el año con Hugo Chávez consolidado después de sus victorias porque con tantas alcaldías, gobernaciones y la presidencia repotenciada no podrán culpar a los demás por la falta de resultados.

 

PERO, SI HAY RESULTADOS ¿CUALES SON Y EN QUE NOS AFECTAN ?

 

Duélale a quien le duela hay que ser justos sobre todo cuando se escribe en vísperas del cañonazo.

 

El gobierno de Hugo Chávez tiene resultados y no solo logros políticos como creen los y las analistas frívolas y superficiales. Lo que pasa es que esos "resultados" provienen de la filosofía izquierdista y no pueden resolver el problema del creciente empobrecimiento como tampoco lo resolvieron los "resultados" que obtenían los gobiernos de la Cuarta República.

 

Pero, mejor es analizar lo que está a la vista.

 

Si a lo que hoy es el oficialismo le molestaban las redadas que practicaba la policía porque solo acosaban a los que tenían pinta de pobres, entonces hay que decir que eso ya no existe y que ese acerbo es parte de los resultados de la acción de un gobierno genuinamente de izquierda, estatista y socialista.

 

Si al oficialismo y sus seguidores les molestaba que el grueso de la renta petrolera se la repartieran entre los socios del bipartidismo -reparto que en los noventa alcanzó a los jefecitos del MAS y la CR- igual se debe decir que eso ya no sucede solo que ahora los beneficiados son otros, sobre todo militares, emeverristas, pepetos, periodistas y empresarios que se arrimaron al mingo revolucionario.

 

Si las chambas ficticias que en el Puntofijismo alimentaban a la clase media -"inspecciones de obras" etc.- era fuente de resentimiento para los muchachones de Hugo, entonces hay que aceptar que eso ya no existe porque esas ayudas ahora le caen al barrio y se llaman "Misiones", muchas de las cuales son utopías aun cuando reconozco que otras funcionan porque para eso son las excepciones de rigor que como saben los lectores de El Aragueño explican que hasta en un lenocinio se encuentran buenas pécoras que cumplen con su trabajo y no defraudan al Estado que les contrata en plan de "ayudas políticas".

 

El problema estriba en que al no existir una derecha el 40 % de opositores -versión CNE- carece de brújula y eso es trágico porque no hay contrapeso ni posibilidad de triunfo ante las propuestas del estatismo oficialista que ponen el énfasis en el reparto de lo que no son capaces de crear que es la riqueza.

 

LOS AñOS VENIDEROS:

 

En el futuro hay que trabajar en la creación de una oposición que sirva de contrapeso.

 

No una sopa de letras como fue la extinta Coordinadora, sin norte y manejada desde los medios que tienen sus propios intereses y hasta son parte del problema.

 

Tampoco puede ser considerada una oposición seria los "racimos" oportunistas que pretenden formar en las regiones con restos del puntofijismo o el lamentable espectáculo del general Martínez que evidentemente debe dedicarse a otra cosa porque el buen hombre no sabe ni para donde va y de militares mandones ya estamos hasta la coronilla.

 

El conglomerado opositor de derecha puede tener caras nuevas o arrugadas porque no se trata de un asunto cosmético sino de una solución política al grave problema del empobrecimiento generalizado de los venezolanos.

 

Y la oposición debe tener ante todo las ideas bien puestas y no importa quien las anuncie porque lo importante es que crea en ellas, que no se avergüence de ser de derecha y que ayude a resolver problemas de la gente común sin tener que acudir a las prácticas del estatismo empobrecedor.

 

¡Comenzando el 2005 se buscan voluntarios dispuestos a conquistar el poder para cumplir con lo que las encuestas piden y que el oficialismo no cumple: Empleo, estabilidad económica y orden en las calles!

 

Para repartir lo que no se produce o lo poco o mucho que sale de los pozos petroleros intervenidos por el Estado basta con el oficialismo o con los fracasados líderes del pasado.

 

¡Que lo pasen bien en la medida de lo posible y que reflexionen los amigos para que las fuerzas retomadas sirvan de algo!
















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