Con el anuncio de la derogación de la Ley de Inteligencia y Contrainteligencia el Presidente puso fin a otro episodio en la larga serie que caracteriza los últimos años de la picaresca política.

Epoca caracterizada por la falta de ideas, de planes, y de soluciones en vez de paliativos, que exhiben no pocos de los líderes de la oposición mercantilista cada vez que el país les pone frente a la "goma" una oportunidad para batear de home run frente a los lanzamientos de un gobierno socialista.

Esta extraña característica que en ninguna manera explica el favoritismo del que gozan voceros de la oposición pataruca en  algunos medios radioeléctricos, se puso en evidencia cuando el Globovisión entrevistaron al abogado Gonzalo Himiob quien en vez de concretar sus objeciones a determinados artículos de la ley de marras... sacó a relucir la clase al decir que él no creía en nada “hasta que viera la derogación publicada en la Gaceta Oficial”.

La “clase” de los políticos que no tienen nada que ofrecer más allá del “Chávez, vete ya” que tanto daño le ha causado al país y a quienes estamos en la oposición especialmente.

Ya dije en otra entrega de la prensa liberal que la ley tenía fallas que ameritan ser corregidas a la brevedad pero que objetivamente no era la peor en la materia porque ese mérito lo tiene la Patriot Act del presidente George W. Bush y otras como la española, la colombiana y la peruana para no hablar de la ley similar que los israelitas le aplican a los palestinos.

Entre otras fallas de la ley derogada, y ahora las enumero, recuerdo que la ley Gestapo crea más burocracia.

Incluso contemplaba una universidad especial cuyas funciones bien podrían ser delegadas, al menos por tiempo prudencial, a la institución superior que forma los agentes del CICPC porque el gobierno no tiene derecho a crear más burocracia inutil con dineros que no son para ello.

Como soy liberal y pienso que al Ejecutivo solo lo equilibran los jueces honestos e independientes, me parece que la ley derogada debió contemplar la dirección de la investigación por parte del Poder Judicial desde el inicio de cualquier investigación.

Lo digo porque pienso que la ley ha debido contemplar la creación de jueces y fiscales especiales para este tipo de delitos contra la seguridad del Estado. Nada nuevo en el mundo pero sí una novedad en un país como el nuestro en el que toda la vida la sociedad le ha permitido al Ejecutivo "instruir" este tipo de expedientes que a veces se han levantado contra gente inocente.

Me refiero a que una vez finalizadas las investigaciones que con carácter reservado levantan los agentes de inteligencia y contrainteligencia –conceptos que no saben diferenciar la mayoría de los adolescentes que como en el cuento del flautista de Hamelín los canales de televisión sacaron a la calle a pintar sapos en los semáforos en el este de  Caracas- la ley debería contemplar el pase del o los detenidos a un juez de control creado especialmente para este tipo de delitos. En 48 horas máximo como contempla la Constitución.

Pero tambien me refiero a que la oposición ha debido ir más allá del poco instructivo expediente del "sapo" a proponer que en el artículo decimosexto se ponga la coletilla que exime de convertirse en “Organo de apoyo” de las policías de contrainteligencia a quienes tengan objeciones de conciencia o relligiosa que es lo mismo a pesar de que en Venezuela la religión a veces parece asunto accesorio.

Ese es el artículo que originó la sorna de los sapos. Un artículo que aparece en otros textos legales vigentes porque la ciudadanía de todas maneras debe apoyar digamos que al policía de Chacao que corre tras un delincuente en un caso de flagrancia.

Es lo mismo a lo que se ha visto a lo largo de décadas en el cine y la televisión norteamericana, donde el héroe saca del volante al propietario de un vehículo para comenzar una persecución “en caliente” por las calles digamos que de San Francisco de California, que con sus empinadas bajadas tanto les gusta filmar a los directores gringos. A eso es a lo que supongo se refiere la Ley pero ante la pirata ambiguedad de los que escribieron el texto ahora derogado cabía esperar mayor seriedad de la oposición.

Seriedad que obliga a exigirle a la Asamblea Nacional a eximir de colaborar a quien no quiera hacerlo pero por razones eminentemente de conciencia que es lo que se espera en un mundo más justo.

Bien, quedan estas y quizás otras objeciones que ojalá la comisión creada por el Presidente las admita y que atiendan las propuestas que algunos vamos a elevar ante esa gente.

En todo caso como digo trataremos los liberales de participar en las jornadas de revisión porque es nuestro derecho y a nadie se le debe excluir como hacen los canales de la televisión con quienes no estamos dispuestos a corear estupideces.

Fue otra oportunidad perdida para debatir entre el socialismo que reparte “lo que hay” y el capitalismo liberal que fomenta el crecimiento “de la torta” que tanta falta hace en esta Venezuela monoproductora.

Será para otra oportunidad porque ahora para la historia solo quedan unos tristes sapos pintados en las urbanizaciones de Caracas... como si en vez de políticos serios tuvieramos una tanda de jodedores.

Queda tambien el triste papel de los obispos que en vez de hacer una crítica de fondo reclamaron y sacaron a relucir la antigualla del "secreto de confesión" cuando en este país todos saben que los católicos van a misa, los confesionarios están vacíos y luego sucede el milagro de un gentío comulgando sin haberse confesado como era obligatorio en la colonia cuando la Iglesia hacía las veces de la Disip.

Quedará para la historia que algunos violadores de derechos humanos salieron pantalleando en la televisión repitiendo el pobre argumento de los "sapos".

Así las cosas(email. doalra@yahoo.com).