Domingo Alberto Rangel M.

Candidatos paracaidistas














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















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Tal como se estila en un país donde los ciudadanos le prestan poca atención al cumplimiento de las leyes, Venezuela está inmersa en una campaña electoral que se desarrolla en completa ilegalidad porque no ha sido santificada por el Poder Electoral. Campaña al final de la cual saldrán electos veintidós gobernadores y trescientos treinta y cinco alcaldes.

Pero, pasando por encima de este señalamiento de orden jurídico, se observa que para algunos candidatos los augurios no han sido tan buenos como esperaban.

Me refiero a personeros y ex funcionarios de lo que se conoce como "oficialismo" quienes a pesar de que afirman ser los señalados por el Presidente para que lo representen en gobernaciones y alcaldías; no terminan de arrancar sus campañas o lo hacen a trompicones porque sus propios camaradas les aplican la ley del hielo.

Me refiero entre otros a los señores Mario Silva, Francisco Arias Cárdenas y José Vielma Mora, a quienes les han salido criadas respondonas en Carabobo y el Táchira respectivamente. Criadas que les señalan el ser personas ajenas a esas regiones porque desde hace muchos tiempo se marcharon a Caracas.

La campaña para elegir gobiernos locales y regionales curiosamente y a pesar de la ilegalidad, tiene candidatos buchones de recursos, con cuñas en las televisoras y radios, carteles en postes y árboles, pero sobre todo ha habido insinuaciones de abusos y dolos, insultos y zancadillas porque es muy difícil lograr la unidad en cualquiera de los dos bandos en los que se divide el socialismo venezolano, cuando en el puesto público solo se ve la oportunidad de enriquecerse obscenamente y figurar en vez de ser útil.

CAMPAÑA ILEGAL

Sobre el tema de la "ilegalidad" cierro señalando que la señora Lucena por lo visto permite todo tipo de posiciones adelantadas y gastos publicitarios fuera de tiempo. Supongo que la Rectora calcula que así se van a desgastar los adversarios que de todas maneras ya lucen maltrechos por sus peleas internas y mediocres propuestas antes que Tibisay encienda la luz verde.

A ese respecto digo que es penoso ver como se viola la ley ante el silencio de quien debería impedirlo como es el CNE. De enero para esta fecha en Venezuela se ha violado hasta el decoro cuando se permiten propagandas en los medios sin estar estas autorizadas por el Poder Electoral como reza la ley. Cuando se permite la postulación, como ha pasado sobre todo en el oficialismo, de personas ajenas a los estados en los que se quieren entronizar estos paracaidistas.

Tal es el caso ya comentado de Mario Silva por Carabobo, José Vielma Mora y Francisco Arias Cárdenas en el Táchira y Freddy Bernal en Vargas.

Sin embargo en honor a la equidad debo señalar que no son únicos en semejante burla a los electores estos seguidores del presidente Chávez que se postulan en estados a los que no están vinculados.

Es que para que la crónica quede pareja, debo incluir mención a que en Anzoátegui andan danzando los paracaidistas escuálidos Hermann Escarrá y Luís Emilio Rondón que no viven en ese estado.

Para no hablar de la actriz Fabiola Colmenares que inspirada en las películas de Tarzán cree que en Vargas la han de seguir los lugareños apenas se baje de la cuatro por cuatro y bata la melena.

Como es de esperar, salvo algún caso en Vargas, estos aspirantes a candidato tienen pocas probabilidades de ganar las votaciones de noviembre. Pero eso no sería tan extraño o doloroso siendo que en toda elección que se respete gana una persona y el resto de los postulados pierden.

Lo feo es que una vez derrotados, los candidatos paracaidistas volverán a sus pateaderos dejando huérfanos a los electores que de puro tontos creyeron en ellos. Habrá ganado "alguien" pero no habrá "oposición".

De todas maneras el que gane un hincha del socialismo radical como son los oficialistas, o un fanático del socialismo mercantilista como son los escuálidos opositores, no representa cambio alguno y mucho menos el comienzo de la resolución de los problemas.

Es que no puede haber soluciones a los problemas si ganan estas elecciones candidatos que provengan o de la polarización inducida desde los grandes medios radioeléctricos, o de la militancia en los remedos de partidos que existen. Peor, si además los ganadores practican el paracaidismo político.

Y no puede venir solución de estos lados porque en esta Venezuela solo hay un partido nacional que se llama Hugo Chávez y otros regionales que cambian el nombre y logotipo de estado en estado según sea este o aquel el medio que quiera imponer candidatos en determinada gobernación o alcaldía. Ambos partidos son o socialistas o mercantilistas y estas doctrinas impiden la creación de riquezas que es el principal problema de Venezuela.

Y bajo esas condiciones a lo sumo, si ganan socialistas oficialistas o escuálidos mercantilistas, apenas habrá paliativos para los problemas de la pobreza, que fue lo visto en el puntofijismo y también en la revolución del presidente Chávez.

La única posibilidad de conseguir luz en el túnel por el que transita el país, sería eligiendo gobernadores y alcaldes dispuestos a privilegiar la resolución de los problemas de la gente en vez de las necesidades logísticas de remedos de partidos que cada vez más se parecen a bandas de malandros. Y la solución de los problemas pasa por la óptica del liberalismo, del capitalismo para todos, de la derecha popular, que es la única familia política que permite el "crecimiento de la torta" en vez de centrarse en "repartir"; como han hecho oficialistas y escuálidos.

Es un trabajo difícil que se postulen candidatos con estas condiciones. Es mucho más difícil que ganen, pero vale la pena el intento.

Es difícil porque en medio del inmenso lavado cerebral al que los medios convertidos en partidos hay pocos electores que puedan darse cuenta que la mayoría de los candidatos para gobernador o alcalde pecan o por socialistas -plataforma perdedora el pasado 2 de diciembre- o por mercantilistas -plataforma rechazada por el pueblo desde 1998-.

Y desde esas plataformas no se puede resolver el problema que han creado tantas décadas de anticapitalismo socialista o de anticapitalismo mercantilista. Así de simple.

De manera que cuando la señora Lucena se digne a dar la luz verde para que la campaña arranque según lo pautado en la ley, habrán pocos candidatos liberales -uno de ellos Nestor Súarez en el Zulia y yo en Baruta- y también pocos los candidatos salidos de luchas vecinales o regionales, otro grupo de aspirantes que por ser independientes puede lograr algunos cambios en sus ámbitos. Al menos podrían darle un parado a la vergonzosa escena que se ha visto en las alcaldías de la capital donde los candidatos son acompañados a toda hora por empleados públicos que les ayudan a repartir volantes y a pegar afiches que como digo son ilegales en este momento.

Digno de notar en este análisis es el papel de los grandes medios radioeléctricos -públicos y privados- que excluyen de sus programas a liberales, independientes y vecinos, porque a diferencia del escualidismo o del oficialismo, los liberales y los luchadores vecinales tenemos ideas propias, acciones programáticas y soluciones a los problemas de la gente común en vez de curitas y paliativos. Y lamento decirlo pero aparentemente estos medios tienen sus candidatos a los que seguramente piensan ordeñar en caso de que ganen.

Razón por la cual difícilmente se puede decir que liberales, vecinos e independientes somos "manejables" para quien quiere conducir el coche desde el asiento trasero.

Condición que por el contrario abunda entre oficialistas y escuálidos y que es el común denominador de los candidatos paracaidistas. Condición que explica el despliegue económico de algunos candidatos en medio de un país empobrecido a pesar de la inmensa renta petrolera (email: doalra@yahoo.com).
















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