Domingo Alberto Rangel M.
Whisky y Hummers.. |
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Los lectores y quienes me conocen saben muy bien que pocas veces me refiero
en mis escritos y conversaciones a lo que el ciudadano Presidente dijo el día o la noche anterior. Prefiero dejar esa manía a quienes careciendo de propuestas positivas para
la sociedad venezolana, pasan la vida analizando todo lo que dice o hace el señor Hugo Chávez Frías. Y digo “analizando”
para solo evitar conflictos porque como es del conocimiento público la oposición puntofijista y estatista se caracteriza porque
sus miembros postulan como Plan de gobierno y hasta el fastidio, que todo lo que venga del ciudadano Chávez o no sirve o es
parte de una trampa. Ni tan ciego ni con dos anteojos diría uno. Bien, dicho esto pido licencia
y comprensión porque ahora paso a comentar lo dicho en el último “Aló, Presidente” por el locutor de ese programa
cuando le pidió a Cadivi que no entregara más divisas para importar whisky escocés y camionetas “Hummer”. Comienzo entonces aclarando
que consumidor de caña, como se dice, no soy más allá de lo normal aún cuando confieso que de vez en cuando me tomó el places
de beber un escocés sobre las rocas porque es una excelente bebida aparte de que casi es lo único que ofrecen en los eventos
sociales, incluyendo a los que organiza la revolución. Y respecto a las camionetas
4X4 que ayudaron a ganar la primera guerra de El Golfo, igual digo que sin tratar de imitar a la zorra de la célebre fábula
me parecen horrendas, de mal gusto y bastante incómodas, para ir a atragantarse en un restaurante que es el uso cotidiano
que le dan sus dueños. Expresado lo anterior paso a
tocar lo dicho por el ciudadano Presidente en su último programa. Es que y perdónenme el galicismo,
no entiendo porque el ciudadano Chávez se indigna cuando sus seguidores recientemente
enriquecidos beben whisky escocés y a veces se compran las espantosas camionetas “Hummer”. No puede ser que el primer mandatario
ignore sus propias políticas y peor aún los resultados de ellas. ¿Olvidó el Presidente que durante
el paro petrolero la vieja oligarquía, aliada con quienes “cortaban el bacalao” desde PDVSA y otros factores internacionales
intentaron sacarlo del juego; y que para conservar el poder tuvo Hugo Chávez que pactar con quienes se ofrecieron en esa hora
para meterle el hombro? ¿Ignora que ese es el origen
de la boliburguesía que en materia de consumismo, exhibicionismo y lujos en general no se diferencia nada de las clases dominantes
de la era puntofijista? Un o una seguidora del comandante
Presidente dirá que ahora se invierte más en las clases populares. Lo concedo, pero, para ser justos cabe añadir que por eso
es que el Presidente gana las elecciones porque mientras pongan al venezolano a elegir entre el estatismo socialista y de
izquierda, que reparte entre la creciente pobrecía... y el estatismo socialista y de izquierda, que reparte los excedentes
entre la clase media... es obvio que siempre ganará el que busca el apoyo de las mayorías. Si, pero volviendo al tema yo
concluiría que whisky escocés y carros de lujo han sido el estandarte de unas clases favorecidas por el presupuesto desde
que el petróleo se convirtió en el único producto que exportamos en grandes cantidades los venezolanos. Cuando Pérez Jiménez los Mercedes
Benz 300 SL hacían el papel de las “Hummer”, cuando los adecos y copeyanos eran los LTD´s. Y en cuanto a los whiskys
escoceses las marcas varían de gobierno a gobierno como cambian las capas geológicas. Para cambiar la situación cabe
considerar lo que ni Chávez ni los que le antecedieron son capaces de considerar porque la situación que enervó al Presidente
el pasado domingo se seguirá repitiendo como moda siempre que se gobierne con sentido de repartir mejor que es el sentido
socialista, de ahora y de ayer. Para cambiar la situación, para
nadie se pueda sentir identificado como “poderoso”, adquiriendo determinado carro o consumiendo determinada marca
de whisky lo que cabe es dejar que sea la población quien se pueda enriquecer a partir de su esfuerzo y no sobre la base de
la ayuda estatal que a veces se da en condiciones que bien las envidiaría un monopolio. Para eso se necesita construir
otro tipo de oposición… distinta a la que hasta ahora existe. |
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