Domingo Alberto Rangel M.
Recado a la nueva oposición: Se requieren venezolanos "indispensables" |
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Con explicable razón las nacionalizaciones que recientemente anunció el
ciudadano Presidente tienen en ascuas a la nueva burguesía cuyos afortunados integrantes vislumbran dificultades en
sus negocios a partir de las trabas que en adelnte se deben afrontar para conseguir dólares mediante la compra-venta
de acciones de CANTV y EDC. Se escuchan gruñidos y protestas en voz baja
por parte de quienes recuerdan que han votado y desde Cabe recordarle a estos comerciantes y nuevos industriales recientemente
enriquecidos que si de piar se trata lo están haciendo tarde. Comerciantes e industriales ensambladores
principalmente, entre los que abundan personajes que en 1998 no tenían en que caerse muertos y ahora exhiben ante un
pueblo empobrecido los lujos y ventajas que da el ser amigos del gobierno en un país donde el estatismo socialista
ahoga desde los años de Pérez Jiménez toda iniciativa privada. Se trata de gente inteligente que sin embargo no entiende, a juzgar
por la catadura de los gruñidos que ahora se les escuchan, como tampoco entendieron hace algunos años los viejos burgueses
y los ex empleados de PDVSA, que el liberalismo es el único seguro frente a los excesos del estado, y que sus empresas y habilidades
practicamente son substituibles porque sus negocios no se basan en la libre competencia sino en las ventajas que da ser amigo
del poder en un país con economía socializada aún parcialmente como es nuestro caso. Al aceptar las reglas del juego del socialismo, estos empresarios amigos de la protección del estado,
estaban aceptando que si algún día el poder político se hartaba de ellos... los substituiría como ahora estamos viendo...
proceso que seguramente seguirá desarrollándose, al menos "por ahora" porque tarde o temprano la soga se revienta. Por eso la salida apunta a que para todos es
más seguro y ético cuando los negocios prosperan cuando es el público y no la burocracia estatal la que determina
la suerte de las empresas. Pero si de experiencia se trata, lo visto y vivido en lo que va de
siglo, demuestra que nada ha cambiado en Venezuela, salvo los actores, y que radicalizando
las recetas que no han dado resultados ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo no se producen más riquezas para
repartir aún cambiando de burguesía como si se tratara de calzoncillos. Al menos eso es lo que muestra la realidad a lo largo y ancho
del mundo porque los efectos del estatismo se ven en otras latitudes; al menos así es cuando la meta a conseguir es enriquecer
al país para que a todos les caìga "más" como sucede cuando las sociedades se organizan bajo los parámetros del capitalismo
popular de libre mercado y estado limitado como proponemos en RESISTENCIA CIVIL. Situación diferente a lo que sucede en el socialismo donde el énfasis,
aparte de ahogar las libertades individuales, se pone en repartir sin producir o produciendo lo mismo de siempre que
es igual a empobrecerse como diría Perogrullo. Pero volviendo a los boliburgueses, a mi modo de ver las cosas estos nuevos
ricos, que tarde comienzan a gruñir, están equivocados en su apreciación de la realidad porque a todas luces se
han creído “indispensables” como "indispensables" se creyeron antes que ellos los viejos oligarcas
y algunos ex empleados de PDVSA. Grave error que los condujo, y me refiero a los viejos oligarcas, a
tomar el camino de la insurrección a partir del año 2000 pensando que la lucha por los beneficios perdidos
sería corta y fácil. Aparte de inutil, diría yo, porque esos viejos oligarcas nunca aceptaron al capitalismo popular
como antítesis del estatismo y lucharon por una vuelta al pasado al igual que sus aliados del Carmonazo y los militares de la
Plaza Altamira. Ahora, una vez derrotados, andan en plan de vender la casa y marcharse
al exterior donde les espera otra clase de incertidumbre porque allí no hay gobiernos amigos y tendrán que fajarse a trabajar
y producir lo que no quisieron en Venezuela con todos los aces en la mano. Pero, respecto a lo que vengo exponiendo pienso que por obligación debo aclarar
conceptos, antes de seguir adelante con el tema. Sobre todo tratándose de una definición tan dura como la de “equivocados”,
dura y durísima en un país donde casi nadie acepta sus errores. Razón que explica el origen de las calenteras que a veces
tomamos los venezolanos ante toda persona que exponga, aún respetuosamente, los errores que cometemos. A ese fin de "aclarar" recuerdo
que Los resultados están a la vista y la corrupción de la que tanto
se queja el Presidente no es otra cosa que el producto de las políticas de este, y de otros gobiernos que antecedieron
al comandante Hugo Chávez en el ejercicio del populismo desenfrenado. Es posible que en ciudades
como Caracas o Maracaibo vivan más de medio millón de habitantes, en cada una de ellas, cuya fortuna está ligada al trámite
burocrático ante una alcaldía o la reventa de un favor o contrato en las direcciones de un ministerio o una gobernación. Como dato curioso se han detectado personas que viven y cubren sus
gastos tramitando el papeleo que le exigen a los candidatos a operarse en Cuba. A esta realidad no se escapan los grandes de la economía venezolana, estrato
AA, y tampoco los nuevos boliburgueses y los viejos financistas que se hicieron ricos intermediando
entre la banca estadounidense o europea y el Fisco nacional. Financistas a los que gobernantes puntofijistas les entregaron los
ministerios de la economía y la administración de las grandes empresas del estado para que hicieran y deshicieran a su leal
saber y entender, a cambio de permitir que los políticos de Todo este panorama, que funcionó durante años y que explica el por qué Venezuela
lleva medio siglo estancada y dependiente de producir más o menos tres millones de barriles de petróleo al día desde la crisis
de Suez en 1956, llevó a que los viejos burgueses y gran parte de la clase media, sobre todo los empleados de PDVSA, se creyeran
“indispensables”. El mismo síndrome que ahora padecen los boliburgueses que gruñen
y murmuran ante la inminente nacionalización de CANTV y EDC. Unos y otros estaban equivocados ya que, o gran paradoja en un gobierno
que dice detestar la globalización, hoy día es fácil conseguir en el exterior quien se encargue de importar o
ensamblar en el país casi cualquier tipo de producto. Se trata de empresarios y aventureros dispuestos a sustituir a la competencia
local en cualquier rincón del mundo donde se les llame y como digo son producto de la globalización aún cuando en este
caso serían aliados del gobierno venezolano en plan de adelantar una segunda jubilación de burgueses enriquecidos a la sombra
delk Estado. Para que una clase social ligada a la organización del trabajo de otros,
como pudieran ser y no han sido los boliburgueses de nuevas fortunas, los viejos financistas de Es decir que la única manera de que la clase empresarial venezolana sirva
de base a un proyecto liberal es que sus integrantes se comporten como la burguesía colombiana que compite
y gana a nivel mundial fabricando pantaletas a partir de fibras cuya materia prima es el petróleo que nosotros tenemos a montón. Para enfrentar a un gobierno estatista y populista como el actual, sin que
un cambio en el poder no signifique nada, más allá del cambio de actores, es necesario amalgamar una gran fuerza dispuesta
a enfrentar al socialismo populista pero “desde la acera de enfrente” a diferencia de lo que ha venido
haciendo la oposición escuálida que algunos llaman colaboracionista y que para los liberales no son otra cosa que estatistas
que perdieron el poder. "Desde la acera del frente" significa desde la acera
del capitalismo popular que solo toma fuerza con el trabajo productivo. Me refiero a empresarios y gentes comunes que logran
posiciones en el mercado compitiendo libremente, produciendo para el consumidor mejores mercancías a menores precios y no
mediante el control por vía de la amistad de parte del ingreso petrolero. Para ello hay que trabajar
duro, formar gente que entienda la naturaleza del problema desde una óptica liberal y también se necesita una prensa libre
que sin tomar posición política permita que en sus espacios se debata con libertad. Algo que no se ha visto en estos
tiempos de polarización extrema y que por lo visto tampoco se verá ahora que uno de los polos estatistas acaba de perder casi
todo el poder. Termino este recado para esa
especie de oposicionistas que ahora ven en José Vicente Rangel una especie de aliado, como ya lo hicieron con Luís Miquilena, animando
a quienes a diferencia de estos escuálidos de mente y corazón, quieren una Venezuela mejor: No es tiempo para emigrar y menos
para gruñidos y lloriqueos, es tiempo de trabajo, la lucha es larga y seguramente costará sangre, sudor y lágrimas…
como todo lo bueno. |
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