Domingo Alberto Rangel M.

Disociados del mundo: Sean patriotas y por favor den "un paso al lado"...














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















domingo_rangel_bn3c.jpg

 

 

 

Como era de esperar se confirmó lo que todas las encuestas serias y las observaciones de quien tuviera ojos y oídos habían vaticinado.

 

Luego de una campaña desigual y signada por el abuso del poder por parte de quienes lo tienen, el comandante Hugo Chávez ganó por abultado margen.

 

Si, pero la explicación del triunfo revolucionario no está en ese uso abusivo de los recursos públicos que tuvo como punto culminante el discurso del ministro “rojo, rojito”.

 

Ninguno de los candidatos opositores podía ganar una batalla librada en el campo escogido y cuidadosamente preparado por el ganador.

 

En estas elecciones presidenciales era lógico que triunfara una oferta estatista y socialista porque todas lo eran pero, además de eso, ganó la más genuina de ellas.

 

CARLOS MARX ASESOR ELECTORAL:

 

En la campaña electoral venezolana se impuso el lenguaje de la lucha de clases en la temática electoral. Las propuestas para redimir los millones de pobres se basaron en el reparto de la riqueza petrolera y no en el trabajo individual como vía al enriquecimiento, a producir más y ser más libres.

 

Al socialismo no lo cuestionó ningún candidato y mucho menos Rosales. Desde las misiones hasta la tarjetita de “Mi negra” proponían un país en el que es el Estado quien supuestamente va a solucionar los problemas de los millones de pobres y nuevos pobres que ha creado el sistema que nos gobierna desde la caída del general Medina Angarita.

 

La vieja pobrecía con mucha razón votó por Hugo Chávez como exponente genuino de lo que promete. Las clases populares compraron al Presidente como el campeón que lucha por ayudar a los necesitados y vieron la tarjetita de Rosales como otra oferta engañosa de políticos y publicistas.

 

Por eso los barrios votaron abrumadoramente por el comandante aunque los mariscales y las generalas de ocho años de derrotas intenten explicar lo que está a la vista. Acudiendo a fraudes basados en explicaciones esotéricas como que a Rosales le secuestraron los hijos, la mujer y el perro o que el Plan República, eso sí, escogido entre los más “rojos, rojitos”, obstaculizó la votación opositora.

 

Por fortuna integré una misión de observadores nacionales y pude ver a lo largo del día como por ejemplo en un centro de Artigas, en Caracas, un teniente de nombre Gilberto Arteaga Carneiro detuvó y entregó a la Fiscalía a dos miembros del grupo Tupamaro que rondaban las mesas munidos de pistolas con los seriales limados.

 

Ignoro qué hizo la Fiscalía, pero el teniente cumplió con su rol. También observé como en lo alto del 23 de enero un matrimonio representaba a Chávez y a Rosales, ella del MVR y el de Un Nuevo Tiempo… lo que no podría siquiera insinuarse en una urbanización de clase media donde priva el discurso de los disociados…

 

Entre los nuevos pobres de la clase media por el contrario privó el antichavismo irracional de quienes creen que su empobrecimiento se debe a los defectos humanos del Presidente y no quieren creer que se trata de consecuencias del socialismo que lleva sesenta años gobernando en Venezuela.

 

OTRA VEZ LA ANTIPOLITICA:

 

El domingo 3 se comprobó que el votante escuálido, a diferencia del perro macho, puede ser capado una y otra vez… al menos hasta el 2021 o el 2030 si el cuerpo aguanta. Por lo visto en cada elección renacen las gónadas cortadas a una clase media enferma de anti política, y ayuna de un verdadero partido de oposición liberal, agarra línea en los programas mañaneros de opinión y se prepara alegremente para  nuevas derrotas. Es una lástima porque se pierde todo un potencial.

 

Después se quejan del mal carácter que aflora después del 3D, la desidia en el trabajo, falta de concentración, o  baja de la lívido y otras consecuencias que sufre el o la pobre escuálida que sigue a diario los mantras que predican las bien pagadas nitus y las colominas, los nelsones, carlos, robertos, miguelángeles y los italos que han substituido a los partidos con los resultados que vemos.

 

Por eso digo que el único derrotado no fue Manuel Rosales sino también quienes desde sus espacios mediáticos imponen una agenda de discusión que pretende enfrentar la temática del socialismo con babosadas.

 

Mientras Hugo Chávez, a quien debemos reconocerle la honestidad de poner el debate donde debe estar, en el plano ideológico, habla del agujero en la capa de ozono, del despilfarro de los recursos energéticos no renovables, de la integración latinoamericana, la invasión a Irak y de los créditos a las cooperativas de los pobres, la oposición enferma de tanto escuchar a los charlatanes y charlatanas de los medios, repite como mantras tibetanos que la capta huellas “es un Chuky”, discute la longitud de las marchas –substituto económico de los gimnasios- y repite que existe un voto “oculto”, última estupidez que lanzaron al aire quienes no querían ver la realidad.

 

Pero así no les guste, al socialismo solo se le puede oponer el capitalismo que por cierto nunca ha existido en Venezuela.

 

Capitalismo que nada tiene que ver con el mercantilismo de vivos que construyeron los politiqueros y falsos empresarios de la Cuarta.

 

Capitalismo que es para que los pobres puedan prosperar produciendo más y mejor para solaz de los consumidores, y no para ricos que ocultan su ineficiencia tras la protección del Estado.

 

Capitalismo liberal y popular que debe proponer la privatización de las empresas del estado para beneficio de la gente. Única manera de cortar el nudo gordiano que nos impide producir otra cosa que no sea petróleo.

 

Capitalismo para que los pobres, sobre todo, puedan responsabilizarse y sean libres a la hora de invertir lo que es suyo sin estar pendientes que el jefe político los meta o los saque ya sea de una “misión” o de la fenecida tarjetita “Mi negra” que ahora reposa junto al pitico de Piñerúa.

 

Capitalismo popular para evitar otras derrotas.

 

Son razones más que emociones y griticos lo que me lleva a pedir ante esta nueva derrota que la vieja y anquilosada oposición dé un paso al lado y patrióticamente se dedique a otra cosa. Ahhhh, y los medios también deben poner su grano de arena: Volver a ser radios, periódicos y televisoras, no partidos políticos.

 

UNA POR UNA:

 

Ahora el papel tualé será objeto de lujo; en consecuencia le propongo al diputado Cabezas que considere un subsidio a los periódicos, a todos.
















3erPolo