Domingo Alberto Rangel M.

Prioritario es elevar el tono del debate: ¡No se engañen, ni el ALCA ni el ALBA significan libertad!














Domingo Alberto Rangel M.





3erPolo
















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Escribo estás líneas desde la soledad de mi escritorio.

 

Lejos de radios y televisoras, tratando de comprender mediante mi propio entendimiento las cosas que pasan pero sabiendo de antemano es difícil concentrarse porque el bombardeo y la manipulación mediática es grande y en pocos días un nuevo escándalo se sobrepondrá al que actualmente está de moda y la gente olvidará los que ya no lo están.

 

Y así como “las morochas” dejaron de ser el enemigo público número uno sin que los venezolanos pudieran enterarse en qué consistían, así mismo desaparecerán del plano mediático las palabras ALCA y ALBA que por una semana llenaron la agenda pública de discusión y no sería de extrañar que pasadas las elecciones de diputados –si no las obstaculizan mediante actos terroristas- antes de fin de año casi nadie pensará en los avatares de Patricia Poleo, y tampoco invitarán a su papá a la tele para que explique las razones por la que no se va a poner a derecho la fablistana y el por qué cree el antiguo miembro del CEN de AD que las acusaciones del Fiscal son pases de factura entre chavistas.

 

A otra cosa mariposa dirán los fanáticos del escándalo y así, entre escándalo y escándalo,  media Venezuela llegará a las elecciones de diciembre sin conocer por qué razón se debería elegir a cada diputado.

 

UNA OPOSICION CASTRADA:

 

A tal respecto enfatizo lo de “media Venezuela” no por razones aritméticas sino porque es evidente que en el campo oficialista no hay dudas en cuanto a lo que se supone van a hacer sus diputados, ya que los candidatos que resulten electos harán avanzar la agenda del socialismo como indica desde Miraflores su jefe máximo y esto aunque disparatado no es deshonesto.

 

Reñido con la honestidad es por el contrario inscribir candidatos a diputado y esperar que los electores voten por ellos en función de lo que los aspirantes digan o dejen de decir sobre el último escándalo que desde la radio y la TV potencian algunos locutores y periodistas para aumentar el “rating” de sus programas que es lo mismo que decir lo abultado de sus chequeras.

 

Esto es lo que precisamente viene haciendo desde 1998 la oposición que por comodidad y sin mala leche llamó "castrada" porque carece de ideología y solo juega al "Chávez, vete ya" que es una versión del "Quítate tu, para ponerme yo".

 

RENOVAR LA CLASE POLITICA:

 

Esa actitud de eunucos complacientes con la estéril agenda del escándalo, que desde 1998 vienen adoptando la mayor parte de los directivos políticos opositores que a diario copan los espacios de opinión, es lo que termina aumentando el potencial de la abstención y no los andares de la señora Poleo o el señor Ledezma cuyos seguidores son más bien escasos para los fines que se proponen.

 

Tal actitud laxa por parte de quienes están en la obligación de parir y vender un proyecto alterno y distinto al socialismo del siglo XXI, capaz de entusiasmar al elector o sea el Capitalismo Popular que proponemos en RESISTENCIA CIVIL, es lo que explica que la ciudadanía previamente polarizada por la acción de todos los medios politizados –porque las radios y las televisoras del oficialismo igual le echan leña al fuego- tienda a creer mentiras como la bolsería según la cual ALCA o ALBA son soluciones en pro de la libertad de los pueblos que no lo son.

 

No es así y no puede serlo aunque así lo digan en los espacios mediáticos que cultivan el escándalo y ocultan la verdad.

 

En realidad ALCA y ALBA son iguales en lo formal, incluyen aranceles especiales para determinadas mercancías, cuotas de comercio aseguradas de antemano etc. y eso no es “libertad”.

 

La tragedia es que en Venezuela el insulto y la diatriba ha substituido el debate de altura y por eso pocos pueden identificar las instituciones de la libertad y muchos creen que la Libertad la decretan los gobiernos.

 

No hay internacionalista o economista entre los que a diario copan los espacios de opinión en los medios radioeléctrico que entienda y le diga a su audiencia que la Libertad de comercio se puede decretar unilateralmente y beneficia a todos salvo a los más incompetentes.

 

Por eso hay que insistir hasta el final en elevar el nivel del debate para que se pueda preguntar libremente en un espacio de opinión, sin mencionar ni a Chávez ni a Bush: ¿Que gana el consumidor venezolano con que sean las empresas amigas de Bush o las de amigos de Hugo Chávez, Lula y Fidel, las que nos obliguen a consumir productos malos y caros merced de mercados monopolizados por el ALCA o el ALBA como lo fueron a nivel local en la Venezuela de la Cuarta República hasta 1989 cuando por primera vez se restablecieron las libertades económicas de la Constitución de 1961 que siempre habían estado suspendidas?

 

Lamentablemente este tipo de debate está vetado en la radio o la TV.

 

EMPRESARIOS O EMPRESAUROS:

 

Pero no se trata solamente de renovar el liderato político o mediático –cuestión prioritaria- sino que también necesitamos renovar el liderato empresarial para conseguir la paz y la prosperidad.

 

En los países que han logrado un largo y sostenido crecimiento económico, y la gente vive mejor, los dirigentes empresariales no suelen declarar como políticos todos los días porque viven de su trabajo y no de adularle al mandamás de turno como viene siendo la norma en Fedecamaras.

 

En Singapur, Colombia, Suiza, Chile o México para que los estúpidos no me acusen de pitiyanqui o racista, los dirigentes gremiales hablan de asuntos relacionados a la mejora de sus productos.

 

En esos países José Luís Bethancourt estaría buscando cómo mejorar la producción vacuna sin tener que reunirse con Chávez.

 

¿En qué se diferencian las declaraciones de Bethancourt –o de cualquiera de los que le han precedido- con la habladora de paja de los políticos venezolanos? ¡En nada, obviamente!

 

Dígalo, usted amigo lector.
















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