Domingo Alberto Rangel M.
No se depriman, las volveremos a juntar...
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A tal respecto decimos que lo ocurrido con las firmas es el colofón de una cadena de irresponsabilidades, de
falsas expectativas creadas en la gente y de mucha frivolidad que estamos obligados a expurgar so pena de perpetuar
este gobierno que nos empobrece o, peor aún, que por acostumbrarnos a los "errores"
el gobierno "transitorio" empeore la trágica herencia que dejerá Hugo Chávez Frías cuando salga del poder. En orden cronológico la primera irresponsabilidad se debe anotar en las deudas de los diputados a
quienes la Constitución de 1999 les dejó el trabajo de normar por ley los referendos -art. 72-. No lo hicieron en tres años y debido a tal falta de normativa, en un país en el cual exigen llenar planillas
selladas por el CNE hasta para formar un modesto grupo de electores, se recogieron las del revocatorio presidencial en las
hojas de "Súmate", ignorando al Poder Electoral que en Venezuela existe aunque sea en el papel de la Constitución. Una cosa es oponerse al gobierno y otra actuar con frivolidad. A una mente seria y equilibrada no le puede parecer "lógico" que para revocar el mandato de un alcalde o Gobernador,
para no hablar del Jefe de Estado, se proceda sin ninguna norma o estilo, casi remedando las listas hechas en papel de cuaderno
que acompañadas de firmas entregan los vecinos cuando piden la construcción de una modesta escalinata. Sin embargo así fue y no por culpa de la gente que firmó las planillas con entusiasmo sino de los diputados que no
hicieron su trabajo y también de otros personajes. POR EJEMPLO AVELLA Pero, si vamos a hablar de irresponsables después de la Asamblea Nacional habrá que mencionar al propio CNE. No la directiva entrante que no tiene responsabilidad en este desaguisado, sino las salientes, integradas por una pléyade
de incapaces entre los cuales resalta aquel bocón
que pasará a la historia por el fallido anuncio de "el 28, el 28", pasando
por esa calamidad llamada Caleca hasta llegar al inefable ingeniero Avella -propuesto para el cargo por "la sociedad
civil" no por los partidos- quien en su pasantía por el CNE fue incapaz de entender que su principal trabajo era
proponer y lograr que se aprobara un reglamento para los referendos que se venían venir. Ahora se puede decir lo que siempre se suponía iba a suceder sin el
chantaje que significa el que no se puedan ventilar los asuntos importantes porque supuestamente "eso le hace daño a la oposición". Si hubieren escuchado al diputado Blyde o al mismísimo saltamontes y polemista que es Jorge
Olavarría, o a uno mismo y otras personas que a tiempo alertamos a quienes debíamos alertar, quizás otro gallo habría
cantado, que quede eso para la reflexión. Pero, también si Avella y sus acompañantes no hubiesen sido negligentes como en efecto lo fueron, porque no
fue a Blyde ni a Jorge Olavarría a quienes se designó como rectores del CNE sino a Avella y compañía, habrían dictado un reglamento
para que la gente supiera a que atenerse y saber cuando y como se podían recoger las firmas revocatorias y si se podía hacer
en las hojas de "Sumate" o en otras. Recordemos
que la culpa no es del ciego sino del que le da el garrote. CNE: UNA DECISIÓN ANUNCIADA Así que la primera decisión del nuevo CNE recién estrenado era casi obvia, no solo por las razones "políticas"
del gobierno, sino para imponer un orden inexistente. Pero, obvia o no, digamos que nadie debe deprimirse ante la primera adversidad y con alegría debemos prepararnos
a recoger las firmas donde, cuando y como lo diga el reglamento. Un gobierno empobrecedor no puede ganar elecciones y las firmas sobrarán. Lo que se debería exigir a quienes en adelante tengan el honor de dirigir los esfuerzos opositores -además
de un Proyecto País serio y viable, no una catajarria de promesas disfrazadas de "acciones", para darle sentido a la llamada
"transición"- es que hablen con claridad, que digan lo que saben y, si no saben que también lo digan para buscar
alguien más lúcido porque la tarea de reconstruir un país destrozado no es para improvisados. RESPECTO A SÚMATE Nos parece loable que un grupo de venezolanos de la sociedad caraqueña, jóvenes la mayoría, se junten en una
empresa y comiencen a especializarse en la supervisión de procesos electorales, que para eso entiendo se formó Súmate. Según eso harían lo mismo que cualquier trasnacional de la informática, pero lo harían más barato, allí comienzan las
complicaciones. Y digo complicaciones porque si la oposición o el gobierno o el señor Gaviria hubiese contratado para verificar firmas
digamos que a la IBM, Siemens u a la Olivetti, por poner algún ejemplo, esa gente habría hecho
lo mismo que Súmate pero lo habrían hecho sin tanta exposición ante los medios y como digo
cobrando lo suyo porque no hay "almuerzo gratis". Los "voluntarios" de IBM, Siemens u Olivetti entonces habrían
costado un ojo de la cara, pero seguramente no habrían emitido declaraciones, a diario, como si fuesen políticos en acción,
ante los medios, como lo hacen los accionistas de Súmate, ya que no es "noticia"
el que alguien verifique firmas y las sume en cuenta aparte. Nunca se vio algo similar salvo en las repúblicas bananeras donde las empresas extranjeras desembarcan diciéndole
lo que tienen que hacer a los obedientes políticos: Eso me parece que fue un error que debe subsanarse. En adelante a Súmate habrá que exigirle discreción salvo
que sus accionistas quieran hacer carrera política para diputadas o ministros en cuyo caso el camino escogido no es el correcto. Pero, también debe ser apoyada esta empresa venezolana como un esfuerzo nacional capaz de substituir importaciones,
como importaciones terminan siendo las empresas verificadoras que sugiere el embajador Shapiro o el mismo Cesar Gaviria, empresas
ligadas a grupos transnacionales que no harán nada mejor de lo que puede hacer "Súmate" y que nos sacarán un ojo de la cara
cuando mediante la contratación de deuda externa -algo a lo cual no se negará el gobierno- cobren "su ayuda" como ha sucedido
en todos los países en donde la OEA ha mediado entre partes enfrentadas, porque como comprenderán ninguna "mediación" es gratuita. |
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